Todos lo sabemos y, especialmente, quien regenta un negocio de hostelería: La Navidad es uno de los momentos clave para el consumo de marisco. En España, como una de las potencias mundiales en consumo de pescado y marisco, no funciona la tradición norteamericana del pavo relleno al horno por Navidad. Comemos marisco y lo hacemos en abundancia. Te explicamos por qué el marisco es el producto más consumido en Navidad.
Por qué comemos marisco en Navidad
La tradición de comer marisco es realmente antigua y para conocer la realidad, debemos tener en cuenta varios factores. El primero de ellos es el hecho de que la Iglesia Católica tomase el periodo de la Navidad como una fecha de vigilia donde el consumo de la carne no estaba completamente bien visto. El segundo factor y más determinante a la hora de averiguar por qué comemos pescado y marisco en Navidad es el hecho de que la península ibérica está casi completamente rodeada por mar. Un mar, todo hay que decirlo, que cuenta con una increíble variedad de fauna marina.
Desde tiempos pasados, los españoles y portugueses hemos acudido al mar para nuestras cenas más tradicionales. En las ciudades más alejadas de la costa se consumía pescado de agua dulce mientras que en las zonas costeras optaban por el marisco. Pagar el transporte de urgencia del marisco hasta tu mesa era algo reservado a las familias de alto nombre. Por suerte, hoy es mucho más sencillo conseguir marisco en Navidad y la mayoría de las familias disfrutan de la típica fuente de langostinos en el centro de la mesa.
Gracias en los avances en los transportes y, sobretodo, a la congelación y la ultracongelación, podemos llevar el marisco a zonas completamente lejanas del lugar de recolección.
El marisco, una comida social
Sea cual sea el motivo, hoy en día disfrutamos mucho de cenas y comidas donde el marisco es el protagonista y compañeros de trabajo, familiares o amigos se reúnen en restaurantes para disfrutar de estos productos. El marisco es el producto más consumido en Navidad debido a que disfrutamos de una comida donde la preparación forma parte de la comida. Pelamos gambas, langostinos o un bogavante y compartimos buenos momentos con personas con las que en el día a día tenemos que tragar con alguna que otra dificultad.
Por eso, estas Navidades, con más motivo que ninguna otra, disfrutaremos de nuestras mejores cenas.
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