Dejamos atrás el 2018 para dar paso a un nuevo año. Para planificar la marcha de nuestro negocio en el nuevo año es importante analizar los datos que podemos recoger del ejercicio anterior. En este caso analizamos el consumo mundial de pescado y marisco en 2018.
España, en cabeza
Lo primero que debemos saber es que, aunque para nosotros los españoles sea algo normal, el consumo en otros países de los productos del mar es mucho menos pronunciado.
Esto cambia cuando hablamos de Asia, donde se suele aprovechar mucho más los recursos del mar (de hecho la comida asiática es muy popular en España hoy en día). Sin embargo, españoles y portugueses siempre se sitúan entre los mayores consumidores de pescado y marisco mundiales por motivos culturales.
No obstante, este año tenemos que ceder el primer puesto a Japón. Los nipones, que tienen también el mercado de pescado más grande del mundo, cuentan con una parte muy importante de su cultura gastronómica centrada alrededor de los productos marinos.
Una caída en el consumo
El hecho de que nos situemos entre los primeros consumidores mundiales de pescado y marisco, no significa que el mercado haya subido.
De hecho, en 2018 el consumo de este tipo de productos ha caído. La respuesta a esta caída puede deberse a nuevas tendencias alimentarias así como a la globalización, que afecta al consumo en tanto que los consumidores están expuestos a muchos otras ofertas gastronómicas.
Cada vez más en cualquier parte del mundo comemos de forma similar. Los españoles podemos dejar de consumir los productos que antes eran nuestros favoritos si no cuidamos nuestra cocina en relación a las necesidades del mercado actual.
Cómo aprovechar este cambio en la tendencia de consumo
Existe la posibilidad de que la cocina tradicional española no se esté adaptando del todo a una necesidad de un mercado dinámico.
Los bares y restaurantes españoles tienen hoy la oportunidad de probar nuevas propuestas gastronómicas, nuevas formas de ofrecer el producto y en definitiva, nuevas ideas de negocio.
Sin embargo, el hecho de que existan bares y restaurantes que conserven su esencia lejos de las tendencias de un mercado cambiante, también es algo recompensado por el público.
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