Desde el principio de los tiempos hemos buscado optimizar nuestros recursos. Parece que los métodos actuales para conservar la comida llevan con nosotros desde el principio de los tiempos, y por una parte es así, pero la congelación, como método de conserva, no tiene tantos años. Por eso os queremos traer la historia de la congelación.
La era de las especias
La ciencia nos dice que el dolor es una respuesta sensorial que percibimos como negativa, sólo por el hecho de que es un aviso a nuestro cerebro de que lo que estamos haciendo con nuestro cuerpo nos puede matar. Puede ser difícil de entender pero viene a decir que todo lo que nos gusta o nos disgusta lo hace porque para nuestra supervivencia como seres humanos, para nuestra vida, nos es beneficioso o perjudicial. Generación tras generación esa respuesta sensorial positiva consciente y racional pasa a lo sensorial. Al sabor.
Anteriormente a la aparición de la congelación la solución al gran problema de la durabilidad de la comida eran las especias. Algunas especias y la sal, por supuesto, se utilizaban como método de conserva de los alimentos. Por esto cobraron una gran importancia y puede que este sea el motivo por el que percibimos como «bueno» el sabor de las distintas especias.
La edad del hielo
A veces cuesta entender cómo el humano ha llegado a establecerse y perdurar en tierras tan gélidas como Groenlandia o el norte de Canadá y Alaska, donde residen los esquimales. Precisamente fue de ellos de quien aprendimos que tras capturar un pescado lo colocaban sobre una pieza de hielo. Esto ocurría a finales de siglo XIX, cuando la congelación estaba en proceso de industrializarse.
Sin embargo sabemos que el frío mantiene los alimentos en buen estado durante un mayor tiempo desde casi el inicio de nuestra existencia, cuando guardábamos nuestras cazas al fondo de la cueva.
Las neveras
El descubrimiento que revolucionó realmente la historia de la congelación de los alimentos fue conocer que cuanto más rápido se llevaba a cabo el proceso de congelación, mejor se conservaba el sabor y la textura. Esto llevo a mejorar un invento que existía en una versión de sí misma muy rudimentaria, la nevera. Se llamó así porque llevaba nieve en un compartimento de la parte superior. Consistía en una caja donde se guardaban los alimentos. La parte de arriba, donde se guardaba la nieve, el frío bajaba hacia la parte de la comida y la mantenía fresca.
Las máquinas, desde entonces, se hacen cada vez más eficientes hasta que en 1931 se comercializa el primer frigorífico tal y como lo conocemos. No es, sin embargo, hasta 1952 cuando podemos comprarlo en España.
Más, mejor y más barato
Es en 1925 cuando en Estados Unidos se empieza a producir comida congelada a nivel industrial a través de una máquina de doble cinta que se fue mejorando para conseguir una congelación más rápida. Sin embargo, por aunque esta máquina empezara a rodas en los años 20, no llegó su auge hasta 1969 cuando pasaron de prácticamente sólo vender a líneas aéreas a vender a lo grande. No se produjo en ese año la popularización por casualidad sino porque los primeros viajeros espaciales comían alimentos congelados en su viaje a la luna.
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