Gafas de realidad virtual, Netflix, redes sociales y... langostinos. Aunque los langostinos son un producto apreciado en todas las partes del mundo. En el extranjero se asocia mucho a España. Y es que España no sólo es el mayor consumidor mundial de marisco, sino que además los langostinos ocupan en el ranking un lugar envidiable. Hoy contaremos por qué los langostinos son el producto estrella de los millenials.
El langostino, un producto con valor en alza
El langostino, junto con otras especies de camarones, lleva con un valor de ventas en aumento desde hace muchos años. Los españoles consumen cada vez más y más marisco. Un motivo de su subida es la incorporación de los millenials al mercado. Ellos tienen motivos para ver en el langostino su producto estrella. Te damos las razones de por qué ocurre esto.
1 Un producto muy saludable
En una época donde el valor nutricional de lo que nos llevamos a la boca cada vez importa más, los langostinos y mariscos son un compañero ideal ya que contienen muchas proteínas y minerales. Además, aportan vitamina A, B, D y E.
3 Una alternativa al consumo de carne
La cantidad de información y documentales sobre el trato a las reses o animales de granja ha hecho que muchas personas renieguen del consumo de carne o, al menos, prefieran rebajar su consumo. Los langostinos y mariscos son una alternativa preferible para la obtención de proteínas.
2 Los langostinos NO engordan
Todos valoramos poder comer algo que nos encanta y no engordar. Esto se debe a que los langostinos, al igual que otros mariscos, contienen un alto valor en proteínas sin contar con apenas grasas.
4 Ayudan a dormir
Las comidas pesadas que sólo podemos comer durante el día cuentan con un handicap que los langostinos no conocen. El pescado y marisco cuentan con ácido graso omega 3, lo cual estimula la producción de una hormona, la melatonina, que se encarga de regular los ciclos de sueño.
5 Presencia en la comida asiática
La cocina se abre a nuevos países. Nuestros abuelos tenían en muy alta estima la cocina francesa, la generación X puso de moda la pizza a domicilio y los millenials han adoptado muchas otras culturas gastronómicas: china, japonesa, mexicana, tailandesa... por no hablar de la turca.
La comida asiática tiene una semejanza con la española que ha hecho que arraigue más fuerte en nuestro territorio: el amor por el marisco. Aunque a sus mayores les suene a chino (y nunca mejor dicho) los millenials están acostumbrados a comer langostinos en ramen, wok o en udon y los que les siguen, la generación Z, incluso se atreven con los palillos.
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