España está considerada como una potencia pesquera. Se erige como la mayor potencia europea del mar con una flota de alrededor de 10.000 barcos. Esto se debe a que nos colocamos como uno de los mayores consumidores por detrás de Japón, Portugal y Noruega. Pero además de nuestro gran consumo tenemos unas condiciones geográficas y culturales que no hacen sino incrementar nuestra riqueza pesquera.
David contra Godzilla
Cuando hablamos de la potencia del pescado y marisco nos vienen a la cabeza unos pocos países. Países como China, Rusia e Indonesia explotan los recursos marítimos de una manera espectacular, si hablamos en números relativos Myanmar se lleva la palma. Teniendo en cuenta su escasa población, su explotación pesquera es gigantesca.
La verdad es que Asia es un continente con una tradición especialmente marina. Asia come del mar. Pero ser una potencia mundial pesquera no es una cuestión exclusivamente cuantitativa.
Un imperio donde no se pone el Sol
Hasta la década de los años 90, cuando se firma el tratado de la CONVEMAR, España se había propuesto ser una potencia pesquera explotadora. España, como tantos otros países, pero en mayor magnitud, faenaba en aguas de otros países sin tener en cuenta los gobiernos ni los barcos locales. Cuando se firma la que se llamó «la Constitución de los océanos» estos países se ven obligados a crear acuerdos. Acuerdos por los que se le permite faenar a barcos extranjeros sólo con condiciones beneficiosas para todas las partes implicadas.
Esto, sin embargo, no ha mermado la capacidad pesquera española. Gracias a los modernos y eficaces barcos congeladores España pesca en todo el mundo y trae el producto a nuestras lonjas. ¿Cuáles son la áreas de actuación? En la actualidad nuestro país faena en aguas cercanas a las costas del Índico (gracias a los acuerdos recientes con Madagascar, Mozambique y Comoras), en el Pacífico oriental, en el Ártico y cuenta con barcos en todo el Atlántico africano desde Marruecos hasta Namibia pasando por el rico golfo de Guinea.
Un gran cliente
Como decíamos, ser una potencia pesquera no sólo se basa en explotar los recursos marítimos. De hecho una de las claves de la pesca en España en su calidad. Cuando un producto está considerado como el mejor del mundo no es necesario vender toneladas y toneladas sino de disfrutar ese producto y encontrar un buen cliente. Es el caso de Japón. En el año 2016 se especuló con la caída de la lonja de Tsukiji, algo que no es problema alguno para el país nipón. Tsukiji es sólo el centro de un enorme mercado que existe en Japón. Porque en el país del sol naciente se pesca y se consume pero sobretodo se importa. Y si no que se lo digan a los gaditanos. Ellos son los que disfrutan cada año de las ventas de los atunes a los barcos congeladores japoneses que echan ancla en las aguas andaluzas.
Costas de oro
El consumo y cultura del pescado y marisco en España está a la altura de sus costas. ¿Pero cuales son los principales centros de actividad? Los puertos de A Coruña y Vigo, cómo no, se erigen en primer puesto como puertos de descarga de pescado. Muy de cerca les siguen los de la bahía de Cádiz seguidos de los puertos Cantábricos de Pasaia, Avilés y Gijón. ¿Y cuál es la mayor lonja de pescado? Aunque parezca raro a primera vista, es Mercamadrid. No sólo es el mayor mercado de pescado en España sino que es el segundo más grande del mundo, por detrás de Tsukiji. Sí, el mismo Tsukiji que decían que iban a cerrar.
Vivimos en un mundo global y los productos del mar no son una excepción. Cocelang es consciente de que una de las claves de para mantener la calidad teniendo en cuenta las grandes distancias que tiene que hacer el producto hasta llegar a cada una de las mesas es un buen proceso de congelación.
Zonabass dice
Muy interesante esta reflexión sobre nuestra pesca. Desde luego las condiciones son óptimas para que exista un mercado sano y en el que los pescadores puedan vivir dignamente. Mucho ánimo!